sábado, 29 de enero de 2011

La mujer almohada

Debajo de una luna amarilla de nicotina e hinchada de humo, caliente, extrañamente fija en unos ojos demasiado abiertos - necesitaran, probablemente, una buena ducha de colirio- se contonea una boca ansiosa e igonroante, de labios cortados y levemente ásperos, que arremete una y otra vez obstinados, en un oleaje intenso y furioso que va a estamparse contra la mía, tiembla todo el cuerpo de Icíar y rueda su cabeza de un lado a otro de la almohada, y uno de sus brazos me rodea , y se aferra a mi nuca; me la muerda, me la masajea. Su boca sedienta y abrasada busca con nuevos envites la mía. Susurros ahogados, entre humanos y animales o como el viento en esas noches sin luna que bufa como un gato negro encelado y furioso.

La mujer almohada se desviste . Va dejando ver sus pezones negros como la tierra volcánica. Y el mirar se torna más y más fijo, y paulatinamente más ausente, más vacío sin aire y aumenta el temblor en nuestros cuerpos; las erupciones ya son evidentes en nuestras telas. El sonido, parece mineral o quizá marino y brotan palabras incoherentes que descansan en orejas. Este restregar, este golpear y morder con sus dientes, con sus uñas, con sus labios. Huele la habitación a una mezcla de algas marinas, vino, tabaco...Suenan las alertas rojas de la nave de mis subterráneos personales. Me invade desde las ramas hasta la raíz, entre hojas rojas y carnosas y flores rosadas empapadas de savia marina. Mis manos se hunden en ella como en una ciénaga sin fondos con sabor a fruta tropical.

Sus blancas zarpas me han soltado ya, porque sabe muy bien que no podré escapar de estas arenas finísimas que me devoran y me queman, no tengo ni la más mínima posibilidad de levantarme, de decir una frase absurda, vacía de sentido y salir de la habitación encendiendo un cigarrillo. Sus piernas de enredadera continuan escalando por las mías y unas rosas rojas, sin aliento, pero con la humedad de una terma romana, nacen entre nuestras piernas.Su monte lleno de musgo de los Urales busca el colmado naufragio contra el desierto inundado que se halla entre mis piernas.

Y yo sé, que aunque sus zarpas, sus piernas de enredadera, sus pechos volcánicos, su pelo de medusa, me soltaran ahora mismo, yo no me levantaría de su lado.
A Beatriz Gimeno, por arrancarme la culpa y recordarme quien soy.
A el Pozo de la Soledad, de
Radclyffe Hall. Por una vez en mi vida, durante algunos segundos, fuí feliz por completo, y no me sentí sola.
A Esther Tusquets, por el lenguaje común que brota en mi cabeza y soy incapaz de vomitar en un papel, o en unas nalgas.

Y a Icíar, siempre a Icíar.

Este micro-micro-relato, no existiría sin vuestras existencias y experiencias. Si se cierra el libro, el ser sin ser, el rechazo y agachar la cabeza, como algunos perros.

sábado, 22 de enero de 2011

Mujer, madera, cuerda, pala y memoria


Mujer, madera, cuerda, pala y memoria
(Dedicado a mi abuela; a todas las mujeres que han pasado por mi vida)





Todo empezó en una primavera vacía de sonidos que hicieran estallar mis sentidos como los capullos de cualquier flor en esa estación. Ese día la inspiración y las musas no llegaban a ser ni un recuerdo, y por más que miraba a mi alrededor no veía nada infinito y evocador, y pensé, ¿quizá no estoy mirando bien? Y así era, ojos y oídos abducidos por un falso sonido, que viene y se va, que tiene fin, que existe condicionado por su natural y atractivo egoismo.

Entonces es cuando una coje lo que tiene más cerca lo aprieta y chilla. En ese momento lo que tenía a mano, era una guitarra deshuesada, magullada y algo marginada por mis ánhelos más absurdos. No pude resistirme emular el canto de Sibila, aunque me costó, lo logré.Ese momento hizo que en mi cabeza explotara un nombre, Hildegarda. ¿Pero quién era Hildegarda? Como siempre la canalla de mi memoría fallaba en lo esencial y sólo sabía recordar espejismos inciertos. Continué aporreando y chillando con mi compañera de madera, hasta que con alevosía y paciencia, en mi cabeza retumbo la abadesa de Bigen y su música.Recordé aquella cinta, aquel himno de secuencias litúrgicas que había escuchado hacía ya algún tiempo gracias a la maessa occitana , como al Cello que se hinchaba entre sus piernas y que siempre, con suma facilidad, despertaba mi voyeurismo y el de mis compañer@s. Luego pensé, que suerte tuve al tropezar con esta preciosidad y también que buen azar le acompañó a Hildegarda, ya que sobrevivir por aquella época al juicio masculino bajo el nombre de una mujer era algo, abocado al fracaso; por eso, parece que la mayoría de las mujeres músicas o no se animaban a componer y si lo hacían las vetaban.


Continuaba tensando y flagelando con más inri a la que mantenía entre mis brazos. El viaje hacía atrás proseguía como las ensoñaciones con otras mujeres, todas ellas sustituidas por los azares más comunes. El siguiente pasaje onírico salto en un sólo parpadeo y la compositora vienesa Alma María Mahler tomo forma, lo que impulsivamente me llevo a pensar en Nannerl Mozart y su fracaso que no fue un hecho aislado.Alhambra comenzó a gemir y no del placer que le suelen procurar mis dedos en cada cita, y sí por el sino de “Nana”. Ella también destacó como niña "prodigia", y quizá no debía de tener menos cualidades artísticas que su célebre hermano, pero a él lo educaron y lo prepararon para que triunfara; ella, el andropocentrismo y la impotencia hizo que perdiera la cabeza -como tantas otras-.
La excavación , éste hurgar en nuestra identidad histórica me hacía sentir como Plinio el Viejo quien elogió a muchas mujeres de su tiempo.
Lo que hizo sugerirme un nombre bastante desconocido para mi: Hipatia, sus matemáticas y su astronomía. Una tarea pendiente y que por mi mediocridad en esa ciencia, probablemente continuará siéndolo. Físicamente, mis dedos raudos aporreaban con alevosía y la necesaria precisión, las cuerdas oxidadas más los trastes que bailaban dentro de mi mano. En el penúltimo acorde sentí un cosquilleo insoportable por la zona de la nuca. Justo, al acercar uno de mis dedos a la zona irritada resurgió un nombre familiar, como cuando se aprieta un interruptor en busca de luz, así llegó a mi nuca María Moliner.
Ese picor insoportable, quizá tan sólo se debiera a la impotencia de estas ensoñaciones que sólo son placenteras si los rostros de esas mujeres iban acompañados de una historia completa, desarrollada. María Moliner sólo me producía un ansía extrema por conocer su sino, sus logros, su lucha. Pero a veces, los deseos no van acorde , con la sucia realidad, y este caso es un ejemplo. Varios jarrones de agua fría se vertieron sobre mí, al descubrir que su vida fue tan imposible como las de otras , incluso estando en un sistema político más abierto, aún así, su sino corrió la misma suerte que las de más solera.
Alhambra, pedía descanso, aunque mis dedos seguían impacientes, alterados y con la misma pretensión, urgar. En otro parpadeo, pasaron fugazmente fotogramas de infinidad de mujeres: Selva, Khalo, Izquierdo, Pecairagues, de la Guerre, Fanny, Wieck, Farrnc-Dumont, Boulanger, Modotti..... y en mi nuca se repetían más y más nombres que fuí incapaz de asimilar, pero están ahí. Existen.



Nota: Esto surgió desde la incertidumbre, desde la identidad confusa, desde la rabia más profunda, intríseca, caótica y sobre todo, desde el desconocimiento y lo que conlleva. Me salió así, no lo he retocado, aunque sé que para nada es perfecto y cojea por muchos sitios.

2007

Cien lunares, cien besos

(1)Me gustan tus ojos. (2)Me gusta tu forma de hablar. (1)Si me miras así, puedo ser el penitente más risueño. Silencio Risa tonta (2)Te gusta el color verde? (1)Prefiero un tono azulverdoso. (2)No puedo. (1)No busco nada.(2) No quiero. (1)Yo sí. (2)En el fondo.... (2)Quiero sentirte. (1)Quiero sentir.(2)Quiero probar. (1)Y, yo probarte. (1)/(2)A qué hueles? (1)/(2)Y, tú...a qué sabes?(1)/(2) Qué ruido haces al dormir?(1)/(2) Qué te duele? (1)/(2)Qué te incita?(1)/(2) Quiero descubrir tu punto debil.(1)Es mi clavicula. (2)Y, tu espalda? (1)Sobre todo la palma de mi mano. (1)/(2)Tienes sed?(1)/(2) Mucha.(2) De qué? (1)De todo lo que no sé. (1)No te conozco. (2)Ni yo a ti. (2)Bebemos?(1)/(2) Hasta emborracharnos.(2) Me pierdo.(1) Me pierdes. (1)/(2)Quiero estudiar geografía. (2) Me gusta tirarme sobre el césped en verano justo después de esas tormentas imprevistas. (1)Te van las emociones fuertes. (2)Las sorpresas.(1) No soporto el olor de la gasolina.(2) A mi me encanta. (1)/(2)Como yo? (1)/(2)Tanto no! Risa (1)Si ries de nuevo, no respondo de mí. (2)Ja. Silencio (2)Cobarde. (1)Inteligente. (2)Tonta. (1)Lo del penitente iba de broma, que luego me haces pupa. (2)Te curo. (1)Tienes agua oxigenada?(2) Litros.(1) Bueno. Apuesto 100.(2) Subo otros 100. (2)Qué música te gusta?(1) Tu voz mañanera. (2)Ja. No te creo. (1)En serio, ya quisiera Bach acercarse a tu melodía.(2) Exageras. (1)Tienes miedo a ser mejor que Bach?(2) Soy aritmico. Eres música. Silencio(1) Qué es eso? (2) Mi herida. (1) Ven. Silencio(1) Duele? (2) Menos. (1)Y ahora?(2) No mucho. (1) Uhmm, a qué ahora no?(2) No estoy segura. (1)Inconformista. (2)Inteligente. (1)/(2)Geografía. Ombligos. Ojos. Bocas. Nucas. Resto (Veáse en wikipedia: Anatomía humana).(1)/(2) Calor. Más calor. Tiembla. Tiemblan.(1)/(2)Frio. Agarrate. (1)/(2)Más. (1)Apegate. (2)Asi?. (1)No. (2)Más. Justo...(1)/(2)No quiero dormi...rZzZzZ. Ni yo despertarZzZzZz. Silencio obligado: Ämbos sujetos fueron apresados por morfeo y Mr Cansancio

(Espacio para otras cosas que se hacen en la vida por obligación y otros placeres: Trabajar, estudiar, dormir, comer, beber ron, tontear con los colegas, ver cine, oir musica...etc)

(1)Quiero comer. (2)Pan? (1)Sip, pan con tú. (2)Te vas a empachar. (1)Si, una gastreonteritis de vez en cuando no viene mal. (2) Repites?. (1)Siempre. (2)Y, luego postre. (1)Y, luego cafe y repostre. (2)Cuantos lunares tienes? (1)No sé...(2)Puedo buscarlos? Silencio (2)Uno...muá, dos...muá...(2)Cien lunares, cien besos.(1) Deberías repetir las cuentas, sólo por si acaso...(2)estás segura? (1)Ya, se sabe...las matemáticas, las sumas no son siempre: 1+1=2. Lunares y Besos.Cuenta y total (1)No te vayas. (2)Me voy. (2)Quédate. (1)Mejor me voy, que sino me lio de nuevo con las cuentas. (2)Nunca te gustaron los números, yo que tú...repetía. (1)Me fui. (2)Vuelvo. (1)/(2)Ha pasado media hora y te he echado de menos, no aguantaba más. Silencio

(Después ataca el virus autómata y otros virus mortiferos que siempre nos rodean y fin)


Si ves que no te enteras, fijate en la Leyenda o no :

(1): Sujeto amoroso 1
(2): Sujeto amoroso 2
Silencio: Lo que no se puede transcribir. Si se hace, se corre el riesgo de no plasmar absolutamente nada.


A la primera chica que pude amar