Las flemas de amarillo nicotina que salen de mi pecho
El silencio
Sin opciones.
La muerte que busqué, ya viene...poco a poco.
No queda nada.
Pero tú, jóvena, si podrás.
Seas de donde seas.
Yo me moriré sin amar ni una sola vez
Sin poder estar con quien me guste un poco: es tarde para mí.
Pero mi pasado, el deseo que podía ser para ti, y que todas ellas rechazaron, y que vacié en lo único que tuve, serán tus alas.
Tu combustible.
Encontrarás tus propios libros.
Tus películas.
Las compartiras con quien desees, quien elijas.
Esta es mi herencia, para tí, y sólo para ti, niña o adolescente.
Me muero, lo sé.
Morí hace tiempo.
Pero tú...
Aunque te escondas
Huye de ti, encuéntrate
Ámalas a todas: son tuyas.
Es mi herencia, para ti, pequeña desconocida.
Digan lo que te digan, no les escuches: la verdad no existe.
Palabras, pequeña desconocida.
Te encontrarás y amarás a otras mujeres: por mi y por todas las que no lo hicieron. En cada parque
En cada calle
Contra cada muro
En cada piscina
En todos los mares y océanos
En los tejados En las cloacas
En las casas derruidas
En las casas ricas
En los campos: verdes, amarillos, rojos o negros.
En el suelo frío
Encima de ella, siempre
Debajo de ella, siempre.
Pequeña desconocida, si lees esto: fornica.
A mi Padre, Manuel Rodríguez
A una señora salmantina que levanto sola su casa.
Por darme a los 22 años: juegos, trabajo, aire, campo, una cámara de fotos, zapatos, chicas, un perro, silencio, positivismo, meter la pata, paciencia, aprendizaje, casa, familia, música, ciencia-tecnológica, calor, "aprender a cazar" y dejarme elegir, correr libremente, espacio...hasta llegar a Bcn.
No hay comentarios:
Publicar un comentario