viernes, 19 de agosto de 2011

Meterla en Casa (La utopía de una lesbiana)

Meterla en casa...significa acostarte con quien desees y elijas.

Meterla en casa...no tiene definición.

Meterla en casa es una mentira: ursurpando el lenguaje aceptado, deseado y heterosexual (y que te aplastará)

El futuro eres tú. Si eres mujer....

Tu deseo no se extiende por tu cuerpo de forma centralizada.
Tu fisionomía se erige, se alza en una totalidad coordinada y aplastante.
Tu orgasmo tiene a ser indefinido por su capacidad de constancia, resistencia y crecimiento.

Fíjate en cualquier canal, acueducto, fuente o presa: Tú eres agua, libérate.

El deseo y orgasmo masculino tiene al golpe seco, a una explosión estilo "estornudo".

No eres un ser para ser llenado.
Esa es la auténtica mentira.

Tu cuerpo, sea como sea, redondo, arrugado, estirado, huesudo o estriado:

Se acerca a la perfección por los dos casi sexos: por eso puedes dar vida.

Tienes una clítoris ( misma función que el pene masculino) y una cueva humeda, vagina, para albergar vida.

Cuando te cruces con otra mujer que te atraiga, y coincida, suceda, te corresponda y exploreis el placer por el simple hecho del placer mutuo e individual, reconocerás este futuro utópico. En el que dos mujeres se fecundaran.

Lo notarás en el estado de tu piel y en el de tu compañera.

En el color de sus labios, en el torrente cálido que os unira y sumergira en un océano femenino y del color del vino. En el crecimiento lento pero continuo, semi-infinito de vuestros clitoris.

Sin final. Sin desenlace de 3 minutos. Con un millón de durantes y comienzos para extender hasta que el sueño, hasta que una vecina os pida sal o hasta que unos evangelistas os interrumpan con cualquier libro sagrado.

(Esto que lees, son sólo palabras juntas, una llamemosle, descripción. La realidad siempre supera a la ficción)

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